sábado, 31 de julio de 2010

El hijo del carnicero

                                                                    A Mademoiselle Hélène Daville

Cuando un día le pregunte a mi abuelo por el hijo del carnicero, me dijo:
-El hijo del carnicero ya era tonto antes de que la maquina de picar carne le arrancara el brazo.
El hijo del carnicero vivía en una casa que parecía un castillo, que solo le faltaba el foso. Tenía una tapia que la rodeaba por todos lados.
Su madre siempre andaba tendiendo ropa y hablando en voz alta para nadie. Su padre siempre andaba cagándose en la puta y escupiendo en el suelo.
El hijo del carnicero debe andar ya por los cincuenta y tantos y sin embargo parece un niño. Ahora esta solo.
Por las tardes, cuando bajo a la biblioteca, paso por su calle. Siempre me lo encuentro sentado en lo alto del muro.
Pero hay que andarse con mucho cuidado porque el muy cabrón a la más minima te escalabra con una piedra suelta de su muralla.
Una vez lo vi caerse desde arriba, cuando apedreaba a alguien que no era yo. Al hacer el impulso para lanzar su rabia termino desequilibrándose y cayó al suelo empedrado como un saco de manzanas.
Entonces, con la boca ensangrentada y sin quejarse lo más mínimo, lo vi entretenerse en matar hormigas con su único dedo índice. Una tras otra.

martes, 6 de julio de 2010

Manzana (1) (de Eva)

Todavía tenia el sabor de la jugosa manzana con sangre mientras el enfermero me insertaba las grapas intentando unir la base de mi dedo pulgar con la palma de la mano.
La verdad, era una manzana de anuncio, limpia, brillante, tentadora, en la que se podía ver deformada toda la cocina y yo con el cuchillo. Eva la había dejado en la mesa y se duchaba.
También resulto dura y resbaladiza; lo suficiente como para haberme cortado entero el dedo gordo de la mano.
En el primer momento dolor no había y tuve tiempo de coger el tajo seccionado que se columpiaba en la mesa. Tintado y todo de sangre me lo lleve a la boca...

Luego iré a refugiarme entre los pechos de Eva como un niño asustado o como un hombre expulsado del paraíso.