martes, 18 de mayo de 2010

Capitulo 3

Soy el mentiroso más fantástico que puedan imaginarse. Aunque si voy camino de la confitería, nunca le diría a nadie que me preguntara que voy a la librería. Es cierto que miento, siempre, claro esta, cuando se trata de no hacer daño a las personas que quiero, casi, pero no tanto, como un Leonard Zelig.
Por este motivo mentiría sobre si me gusta o no una estatua de plexiglás, un dado de acero o una exposición de fotografía.
Un día, una amiga que había ido conmigo todos los años de la escuela, que yo la tenia como a una hermana, que por ello era incapaz de pensar sexualmente en ella, que ni me pasaba por la cabeza imaginarme sus tetas, en el primer año de instituto, sin avisar ni nada, va y se me declara y me dice que me quiere con locura y que no puede vivir sin mi, que todo este tiempo ha estado amándome en secreto y todo eso. En mi mente quieta solo veía dos caminos para tomar y se iluminaban alternativamente sus carteles señalizadores, como en un motel de la Route 66: uno, rojo, me casaba con ella llevando una sacrificada vida de amor fingido y otro, verde, que elegí rápidamente, y fue decirle que era gay, que era un pedazo de gay que ella no se merecía.
De poco sirvió mi piadoso embuste cuando una semana después me pilló comiéndome a besos a una chica en San Esteban. Pensé en añadir lo de una bisexualidad contenida o reprimida, o algo por el estilo, decirle algo, salirle por peteneras, volver a mentirle, decirle que estaba probándome, pero no dije nada, guarde silencio.
Ella tampoco dijo nada, me miro con una tristeza que me dolía, como una quemadura. Yo, quieto, con mi cabeza apoyada en el hombro de la chica y medio enredado en su pelo, la vi alejarse hasta que se la trago la entrada de El Corte Ingles.

7 comentarios:

  1. Y así vamos. Armándonos la vida. Te lo digo sinceramente.

    Buenísimo el relato. Eres muy bueno, tío. Un abrazo.

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  2. Yo, cuando abro mi blog, cojo y directamente me voy al tuyo, es como una hermosa terminal de un aeropuerto internacional. Y si me desplazo lo hago desde ese negro-blanco pasillo, entreteniéndome en los escaparates o tomando velocidad para despegar hacia otro sitio.

    Ni que decir tengo, que cuando tu andabas escribiendo el comentario yo estaba en tu casa.
    Gracias Blanco. Muchas gracias.

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  3. Todo un trago ese del Corte Inglés. Me gusto mucho el cuento.
    Saludos.

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  4. Lo mismo digo de tu página Jesús, creo que s muy interesante.

    Te sigo.

    Abrazo.

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  5. Tu compañera de pupitre no te lo va ha perdonar jamás. Cuando comprenda que le has mentido para no herirla, aún te odiará más. No tienes salida.
    Un saludo.

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  6. Nos envolvemos de mentiras piadosas para no herir y ... nos cargamos de culpa si nos pillan .
    Cuanto sufrimiento por no ser nosotros mismos… VIVA la sinceridad y a quien no le guste, que se j…

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