viernes, 30 de abril de 2010

La vida misma

Ayer fui a recoger a Jesús al colegio. Como todos los días. Las monitoras del comedor ya se han quitado los jerseys de lana y los cuellos altos. Y no digo más.
–¿Que has hecho hoy en el cole? –le pregunto. Como todos los días.
–Tantas cosas que no me acuerdo –me responde. Como todos los días.

Yo iba pensando en mariposas blancas.
Jesús iba rodando un deportivo verde manzana de hotwheels por el muro que rodea el colegio.
De pronto, como no dándole importancia a la cosa me dice:
–Natalia se ha comido un moco porque quiere casarse con Alberto que se come los mocos.
–Que guarrería.
–Sí, casarse.
–No, comerse los mocos.
–Miguel se quiere casar con Noelia. Pero Noelia se quiere casar con Rafa. Rafa esta loquito por Laura y Laura se quiere casar con Raúl.
–¿Y Raúl, por quien se muere, Raúl?
–Raúl se quiere casar con Miguel porque juega bien al fútbol.
–La vida misma –digo para mí. –¿Oye? ¿Y tú?
–Yo… Martina se quiere casar conmigo. Pero yo no me quiero casar todavía.
Fuimos andando tranquilamente. Como todos los días. El rodando su coche por las paredes y yo pensando en mariposas blancas, la vida misma.
Cuando llegamos a casa le preparé un bocadillo de sobrasada y queso.

domingo, 25 de abril de 2010

Ya no conoces a nadie

En Princeton lucia un hermoso sol apagado.
-Hola señorita. –Dijo Albert Einstein acostado en la cama blanca del hospital- Este dolor me esta matando.
-¿No me conoces? Soy Marilyn, Marilyn Monnnr… – le dijo mientras se levantaba un llamativo polo de listas de colores y dejaba sus hermosos pechos al aire.

viernes, 16 de abril de 2010

Critica descarnada a “Asoma tu adiós” de Roberto Villar Blanco

Blanco, me gusta tu novela. El inicio de tu novela me gusta mucho. No, mejor, el inicio de tu novela me gusta en exceso… Willy, donde quiera que estes, si acaso estas, tu novela me gusta mucho. Mito, la novela de tu padre me gusta.

Willy, podría continuar como Félix Romeo en Amarillo:
Tu libro se llama "Asoma tu adiós".
La cubierta es de color canela.
En la cubierta hay una ilustración de Fernando Zobel.
Reunión familiar.
En la parte inferior de la cubierta aparece impreso en blanco sobre fondo canela el nombre de la editorial: PRE-TEXTOS.


Si yo escribiera tan bien como tu yo podría haber escrito este hermoso libro. (Esto suena cursi. Bueno).

Salir por la ventana es muy digno, para vivir o para morir, salir por la ventana es lo más digno que yo conozco. Mí admirado, ya me gustaría decir amigo, Bohumil Hrabal salio por una ventana. En definitiva salir por la ventana es literariamente perfecto.

El amor, la amenaza de perdida, la perdida de lo que más queremos nos lleva irremediablemente a la letanía. Trasforma nuestro pensamiento en un aspersor que vuelve siempre y siempre al mismo punto de partida hasta volvernos locos.

Blanco, tu novela (o la vida) es un pequeño aspersor en un rincón de un recogido jardín, que riega con palabras, con agua, el tiempo, la hierba y siempre vuelve al principio, para regar con otras palabras, con otra agua, el mismo tiempo, la misma hierba, para que al final nos demos cuenta, o no, que definitivamente estamos solos en esta, bella a veces, jodida vida.

Y nos moriremos, con suerte, antes que nuestros hijos, con la pena de que estaban solos y los dejamos solos.

“La vida es trágica o muy trágica” (W. A.)

Pero, merece la pena vivir, aunque solo sea por la gente que muere pronto, por Wayne Robinson, que cuando cometía una falta personal no levantaba una mano, levantaba las dos, por la Teoria de La Relatividad, por las películas de Woody Allen, de Jiri Menzel o de Eric Rohmer, por las aventuras del bravo soldado Svejk o las novelas de Bohumil Hrabal, por Marilyn y Monica Bellucci, por los cuentos de Sam Shepard, por unas inmensas, perfectas y adorables tetas o por unas mas pequeñas o por unas no tan perfectas, por la siesta y la siesta de Vincent Van Gogh, por ver a Meryl Street pelar una naranja en “Enamorarse”, por el pulpo de “El Agrio”… y por los hijos. Si, por los hijos.

Blanco, gracias por los tres ratos de “Asoma tu adiós”

martes, 6 de abril de 2010

Hoy mi mujer ha venido a verme

Hoy mi mujer ha venido a verme. Esta guapa. Me ha traído un libro de de Herta Müller. Un bonito libro verde con un gran titulo en rosa “El hombre es un gran faisán en el mundo”. He leído en voz alta la primera frase del primer capitulo: “En torno al monumento a los caídos han crecido rosas” y lo he dejado encima de la mesilla. Desde cualquier sitio de la habitación se puede leer el titulo. Desde la puerta “El hombre es un gran faisán en el mundo”. Desde la ventana “El hombre es un gran faisán en el mundo”. Recostado en la cama “El hombre es un gran faisán en el mundo”. Sentado en el sillón de escai “El hombre es un gran faisán en el mundo”. Me ha traído también un libreta de notas, con una gomita negra y todo, para que no se abra, que da pena escribir en ella.
Mi mujer me ha dado un beso en la frente y se ha marchado enseguida.
Abro la libreta de notas, da pena escribir en esta libreta, y escribo: “La vida ideal se viviría en los decorados que traen las cajitas de manzanilla”.