Un día, cuando era niño, me subí en un montón de escombros y grite:
–¡Soy el rey!
Al día siguiente me pusieron gafas y pase de rey a capitán (recuerdan aquello de “gafitas cuatro ojos capitán de los piojos”). Entonces tuve que dejar de jugar al futbol y por las tardes bajaba a la biblioteca a leer “El club de los siete secretos” de Enid Blyton. ¡Ah! Y luego me case y tuve dos hijos.
Me produce inquietud un texto tan breve. Me lleva a muchas partes. Hay muchos interrogantes, pero narras. Es como un punto, bien de una i, bien de un punto y coma o un punto y aparte o, más bien, seguido o parte de los suspensivos... Sin embargo, si me olvido de lo que quieres decir y lo hago mío, comienza la ensoñación y creo mi propia historia. Es decir, paso de una ligera rabia a un cierto agradecimiento.
Me gusta este hyperbreve. Sí, a mí también me provoca algo como una angustia pero es cierto que me abre una súper ventana a mi imaginación. Gracias. Espero con impaciencia leerte más. Bienvenido en el mundo de los bloggers. Marie-Ange
Hipólito G. Navarro quiso zanjar el tema con un microrrelato que venía a decir que el dinosaurio estaba ya hasta las narices...En fin, que pese a eso nos sigue dando juego a los letraheridos. Un saludo
Me produce inquietud un texto tan breve. Me lleva a muchas partes. Hay muchos interrogantes, pero narras. Es como un punto, bien de una i, bien de un punto y coma o un punto y aparte o, más bien, seguido o parte de los suspensivos...
ResponderEliminarSin embargo, si me olvido de lo que quieres decir y lo hago mío, comienza la ensoñación y creo mi propia historia. Es decir, paso de una ligera rabia a un cierto agradecimiento.
Me gusta este hyperbreve. Sí, a mí también me provoca algo como una angustia pero es cierto que me abre una súper ventana a mi imaginación. Gracias.
ResponderEliminarEspero con impaciencia leerte más.
Bienvenido en el mundo de los bloggers.
Marie-Ange
La dirección exacta de mi blog : lespace-marie-ange.blogspot.com (es que hasta para mí me cuesta encontrarlo, jajaja)
ResponderEliminarHipólito G. Navarro quiso zanjar el tema con un microrrelato que venía a decir que el dinosaurio estaba ya hasta las narices...En fin, que pese a eso nos sigue dando juego a los letraheridos.
ResponderEliminarUn saludo