Un día, cuando era niño, me subí en un montón de escombros y grite:
–¡Soy el rey!
Al día siguiente me pusieron gafas y pase de rey a capitán (recuerdan aquello de “gafitas cuatro ojos capitán de los piojos”). Entonces tuve que dejar de jugar al futbol y por las tardes bajaba a la biblioteca a leer “El club de los siete secretos” de Enid Blyton. ¡Ah! Y luego me case y tuve dos hijos.
BUENÍSIMO! NOS VEMOS PRONTO,
ResponderEliminarMARIE-ANGE
Hola David. Un saludo
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