viernes, 30 de abril de 2010

La vida misma

Ayer fui a recoger a Jesús al colegio. Como todos los días. Las monitoras del comedor ya se han quitado los jerseys de lana y los cuellos altos. Y no digo más.
–¿Que has hecho hoy en el cole? –le pregunto. Como todos los días.
–Tantas cosas que no me acuerdo –me responde. Como todos los días.

Yo iba pensando en mariposas blancas.
Jesús iba rodando un deportivo verde manzana de hotwheels por el muro que rodea el colegio.
De pronto, como no dándole importancia a la cosa me dice:
–Natalia se ha comido un moco porque quiere casarse con Alberto que se come los mocos.
–Que guarrería.
–Sí, casarse.
–No, comerse los mocos.
–Miguel se quiere casar con Noelia. Pero Noelia se quiere casar con Rafa. Rafa esta loquito por Laura y Laura se quiere casar con Raúl.
–¿Y Raúl, por quien se muere, Raúl?
–Raúl se quiere casar con Miguel porque juega bien al fútbol.
–La vida misma –digo para mí. –¿Oye? ¿Y tú?
–Yo… Martina se quiere casar conmigo. Pero yo no me quiero casar todavía.
Fuimos andando tranquilamente. Como todos los días. El rodando su coche por las paredes y yo pensando en mariposas blancas, la vida misma.
Cuando llegamos a casa le preparé un bocadillo de sobrasada y queso.

7 comentarios:

  1. Dan juego las pequeñas bestias, ¿eh?
    Muy bueno.

    ResponderEliminar
  2. ¿Qué habría debajo de aquellos jerseys de las profesoras?
    Muy bueno. Cotidiano, entrañable y bien escrito, como siempre un placer leerte.
    Un abrazo.
    Antonio

    ResponderEliminar
  3. Si, dan muchisimo juego, alegrias y dolores de alma.(ah! y de riñones)
    Algun día de estos tendra que ir mi mujer al colegio a buscarme a mi.
    Blanco, un abrazo.
    Antonio, otro abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Yo también voy al colegio a recoger a un niño, a mi nieto de 3 años. También le pregunto que qué ha hecho y siempre me responde que quiere estar conmigo, que quiere que vayamos al campo a regar. Y recuerdo el monólogo de "El Río": "...los encerramos en escuelas".
    También me he quedado pensando en las monitoras, ya sin sus jerseys y sin sus cuellos altos.
    Un texto muy sugerente.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Thornton, esta también es tu casa.
    "Nunca volverán a ser tan felices. Pronto despertarán del sueño de los niños, dejarán de ser inmortales" (Thornton)
    Dejo pendiente ver "El Río", que no se si lo vi cuando todavía era inmortal, hace mucho, mucho tiempo.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  6. Es inimaginable lo que dan de sí esos enanos, lo que puedes aprender aún con ellos y de ellos. Incluso recordarnos lecciones ya aprendidas.
    No hace mucho mi pequeña me aportaba esas sensaciones... y de repente cumple 14 años.
    Disfruta cada instante, pasa aprisa.
    Me gusta la sinceridad con la que escribes.
    Saludos desde el sur.

    ResponderEliminar
  7. Y de tanto en tanto nos enseñan lo que hemos olvidado

    ResponderEliminar