Corría el año 1665. Yo venía de Londres huyendo de la peste.
Me lo encontré en una encrucijada en el condado de Lincolnshire.
Entonces ofreciéndole tabaco le pregunté:
-¿Este camino de la izquierda conduce a Woolsthorpe?.
-Ni lo sé, ni me interesa – me contestó el insensato.
Entonces fue cuando, enfadado, le di una patada al tronco del manzano bajo el cual, se cobijaba de la lluvia.
Fue tal el golpe que le propinó la madura fruta que allí quedó medio aturdido, ensopado y con la cabeza herida.
Yo salí corriendo por el camino de la derecha y ya no supe más de este desdichado y de su fortuna.
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Tu y él no coincidiste en el tiempo, en los intereses, en dar y recibir información. Tu te enojaste, el continuó con su actitud.
ResponderEliminarTu te revelaste, el...
Cuantas veces en un mismo instante las personas estamos en mundos distintos?
Un abrazo
Es que es muy grave.
ResponderEliminarCuánto gana la viñeta con la lluvia y Newton ensopado por las gotas que, hasta la patada en el manzano, amparaban las hojas.
Es que la lluvia mejora la luz sobre las cosas.
Es que es un placer leerte.
Y un abrazo.
Te sigo. Por donde pasas es fácil seguir. Otra cosa es abrir la ruta. Un abrazo.
ResponderEliminarJo...osea que todo fue culpa tuya, el hombre quedó malherido y entonces fue cuando se le ocurrió lo del binomio que me amargó todo el primero de BUP. Coincido con Daniel.Esto es gravísimo.
ResponderEliminarTe perdono porque escribes :) Besitos, Jesús
Por fin entiendo la teoría de la gravedad de Newton. ¡A lo que conducen los enfados!
ResponderEliminarBesicos con promesa pronta de ensaladilla y caña.
Daniel, con tu permiso, tomo prestada tu deliciosa, tu sustanciosa, bueno, en definitiva, tu hermosa palabra.
ResponderEliminarGracias y un abrazo.
Jesús ¿no serás tú de la quinta de Orlando? eternamente joven.
ResponderEliminarUn saludo.
Magda, sería una suerte, pero, más una desgracia.
ResponderEliminarUn beso.
Los tapados de la historia. Los ensombrencidos. Los invisibles. Los que sin quererlo ni saberlo, se quedan a las puertas de la luz.
ResponderEliminarMe gusta mucho lo que escribes. Y cómo.
Te mando un abrazo grande.
Fuiste muy cortés. Una respuesta como ea merecía una patada directamente en los..., en las manzanas.
ResponderEliminarDos personas en momentos que no deberían haber coincidido..la vida es así.
ResponderEliminarBuena manera de salir de la conversación.
Saludos,
Tampoco le había hecho nada ese pobre hombre, allí, bajo el manzano, cobijado de la lluvia. Qué mal genio y encima sale corriendo -el muy cobarde- dejándolo malherido y ensopado.
ResponderEliminarNunca conocí, salvo el cuento del dinosaurio de Monterroso, un relato tan corto que dé para tanto. Eso debe de ser lo que llaman talento.
Un abrazo.
Claro y despues gritó ¡Eureka!... ah no, ese fue Arquimides, en fin, desde que lei tu texto no puedo dejar de imaginarme al pobre Isaac muerto de frio gritando eureka eureka! XD... muy divertido el relato, me alegro de haber pasado...
ResponderEliminar"Ensopado" En mi tierra ensopao o sopa.
ResponderEliminarA más de uno conozco con este apodo "El sopa"...
Un gustazo leerte Jesús.
Gracias, besos.