martes, 28 de septiembre de 2010

Gravedad

Corría el año 1665. Yo venía de Londres huyendo de la peste.
Me lo encontré en una encrucijada en el condado de Lincolnshire.
Entonces ofreciéndole tabaco le pregunté:
-¿Este camino de la izquierda conduce a Woolsthorpe?.
-Ni lo sé, ni me interesa – me contestó el insensato.
Entonces fue cuando, enfadado, le di una patada al tronco del manzano bajo el cual, se cobijaba de la lluvia.
Fue tal el golpe que le propinó la madura fruta que allí quedó medio aturdido, ensopado y con la cabeza herida.
Yo salí corriendo por el camino de la derecha y ya no supe más de este desdichado y de su fortuna.

14 comentarios:

  1. Tu y él no coincidiste en el tiempo, en los intereses, en dar y recibir información. Tu te enojaste, el continuó con su actitud.
    Tu te revelaste, el...
    Cuantas veces en un mismo instante las personas estamos en mundos distintos?
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Es que es muy grave.
    Cuánto gana la viñeta con la lluvia y Newton ensopado por las gotas que, hasta la patada en el manzano, amparaban las hojas.
    Es que la lluvia mejora la luz sobre las cosas.
    Es que es un placer leerte.
    Y un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Te sigo. Por donde pasas es fácil seguir. Otra cosa es abrir la ruta. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Jo...osea que todo fue culpa tuya, el hombre quedó malherido y entonces fue cuando se le ocurrió lo del binomio que me amargó todo el primero de BUP. Coincido con Daniel.Esto es gravísimo.

    Te perdono porque escribes :) Besitos, Jesús

    ResponderEliminar
  5. Por fin entiendo la teoría de la gravedad de Newton. ¡A lo que conducen los enfados!

    Besicos con promesa pronta de ensaladilla y caña.

    ResponderEliminar
  6. Daniel, con tu permiso, tomo prestada tu deliciosa, tu sustanciosa, bueno, en definitiva, tu hermosa palabra.
    Gracias y un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Jesús ¿no serás tú de la quinta de Orlando? eternamente joven.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  8. Magda, sería una suerte, pero, más una desgracia.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  9. Los tapados de la historia. Los ensombrencidos. Los invisibles. Los que sin quererlo ni saberlo, se quedan a las puertas de la luz.

    Me gusta mucho lo que escribes. Y cómo.
    Te mando un abrazo grande.

    ResponderEliminar
  10. Fuiste muy cortés. Una respuesta como ea merecía una patada directamente en los..., en las manzanas.

    ResponderEliminar
  11. Dos personas en momentos que no deberían haber coincidido..la vida es así.

    Buena manera de salir de la conversación.

    Saludos,

    ResponderEliminar
  12. Tampoco le había hecho nada ese pobre hombre, allí, bajo el manzano, cobijado de la lluvia. Qué mal genio y encima sale corriendo -el muy cobarde- dejándolo malherido y ensopado.

    Nunca conocí, salvo el cuento del dinosaurio de Monterroso, un relato tan corto que dé para tanto. Eso debe de ser lo que llaman talento.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. Claro y despues gritó ¡Eureka!... ah no, ese fue Arquimides, en fin, desde que lei tu texto no puedo dejar de imaginarme al pobre Isaac muerto de frio gritando eureka eureka! XD... muy divertido el relato, me alegro de haber pasado...

    ResponderEliminar
  14. "Ensopado" En mi tierra ensopao o sopa.
    A más de uno conozco con este apodo "El sopa"...

    Un gustazo leerte Jesús.

    Gracias, besos.

    ResponderEliminar